martes, 17 de enero de 2012

Neruda

Dos amantes dichosos hacen un solo pan.
una sola gota de luna en la hierba,
dejan andando dos sombras que se reùnen,
dejan un sol vacìo en una cama.


De todas las verdades escogieron el dìa:
no se ataron con hilos sino con un aroma,
y no despedazaron la paz ni las palabras.
La dicha es una torre transparente.


El aire,el vino van con los dos amantes,
la noche les regala sus pètalos dichosos,
tienen derecho a todos los claveles.


Dos amantes dichosos no tienen fin ni muerte,
nacen y mueren muchas veces mientras viven,
tienen la eternidad de la naturaleza.

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